DE TAPEO POR TRIANA...

Partiendo de la base de que nunca he entendido por qué Las Palmas de Gran Canaria, presuntamente con el mejor clima del mundo, no es -adicta- a las terrazas y a comer en la calle como ocurre en otras urbes mucho más frías del mundo, les propongo en mendar este error yéndonos de tapas, Yo tuve la suerte de irme de paseo y luego tapear con mi familia pues hace ahora dos semanas escasas.

En cuestión de tapeo, cañeo, ruta de las tapas, irse a tomar el aperitivo, o como se le quiera llamar al noble arte de hincarle el diente a un buen pinchito o tapita acompañado de una cervecita bien fresquita, una copita de vino, un vermut o un refresco para los abstemios, la denominada Zona Triana es sin duda un punto neurálgico de calidad y con infinidad de locales donde elegir en Las Palmas de Gran Canaria.

A la antigua usanza o a la nueva, solo o con amigos, en este caso con la familia, en un local o tranquilamente en una terraza con sombrilla viendo pasar al personal y disfrutando del momento.

Está claro que el calor invita a salir a la calle, y como me gusta tanto la buena mesa por eso elegí  irnos hoy todos de tapeo por Triana. Podía haber escogido Las Canteras como otro punto capitalino donde hacerlo, pero preferí este barrio en la absoluta creencia de que tiene más encanto y más sabor.

Si nos dejamos caer por la zona, cualquier sitio al que entremos seguro que nos sorprenderá. Hay decenas de bares, restaurantes, cafeterías, tabernas, terrazas... Todos y cada uno tienen su atractivo y ofrecen lo mejor que saben hacer sus cocineros en los fogones -y creánme que practico bastante esta maravillosa rutina so pena de coger algún que otro kilo demás-, pero como todos no caben en este reportaje he elegido al azar tres de los que a mí más me agradan -hay muchísimos más- para que tomen buena nota.

Son tres propuestas bien diferentes para que el potencial comensal decida cuál le gusta más: desde los tradicionales pintxos habituales en la cocina vasca que nos sirve Joseba Iriondo en su taberna Zahartxu (c/Viera y Clavijo, 52), pasando por platos más típicos de la cocina canaria que nos preparan en el Hotel Madrid, un histórico de la zona a caballo entre Vegueta y Triana (Plaza de Cairasco, nº 4), hasta las delicateses de nuevo cuño que el chef Miguel Revuelta inventa en los fogones del restaurante Kano 31 y que degustamos en su terraza recién estrenada de la agradable y peatonal calle Cano.

Con diseños y mezclas realmente especiales, y con presentaciones de auténtico lujo, a veces espectaculares, es posible ponerse literalmente las botas por poco dinero, pues en ningún caso los entrantes con los que nos han sorprendido pasan de los seis euros, y en la mayoría ni siquiera superan los tres. Lo que sí puedo yo garantizarles al 100% es que después de este fabuloso recorrido gastronómico, convenientemente aderezado con una buena compañía, saldrán realmente satisfechos y llenos. Un deleite para los sentidos, y un auténtico placer que nadie debería perderse.

TODO EL AÑO PARA DISFRUTAR

Al aire libre. En Las Palmas de Gran Canaria tenemos la ventaja añadida de que, por nuestro fantástico clima, podemos disfrutar de las terrazas durante casi todo el año. No es cuestión por tanto de desaprovechar este valor añadido que, poco a poco, ha ido ganando adeptos, y que hoy yo estoy empeñada en relanzar aún más para revitalizar y engrandecer todavía mas la capital y como no la isla.

Precios populares. Las tapas y pintxos que hoy les hemos presentado no pasan en ninguno de los casos de los seis euros, y algunas son de dos y tres euros. Unas cantidades bastante asequibles si tomamos como referencia el coste de la insularidad y el hecho ineludible de que tenemos una de las cestas de la compra más caras de toda España.

Mucho donde elegir. Las opciones de tapeo son casi infinitas en un reducto de pocas calles. Apenas salgo de casa hay como diez locales donde elegir tomarme algo a menos de 200 metros. Les voy a dar algunos ejemplos: sólo en la calle Domingo J. Navarro tenemos El Caserón (con estupenda terraza), el Midway (donde probablemente sirven los mejores pinchos de tortilla de la ciudad), y La Alquitara (también con exquisiteces de altura). Pero hay muchísimos más...

Sobre estas líneas vemos a la jefa de cocina del Hotel Madrid, María del Carmen Martín Ortega, junto al cocinero ecuatoriano Víctor Hugo López Barroso, ambos mostrando las cuatro tapas que prepararon. Se trata de una rica ropa vieja, un estofado de carrillera ibérica, un atún en adobo y una tortilla de papas ecuatoriana (sin huevo, con una masa de papas y queso), a precios que oscilan entre los 3,50 y 4,50 euros. Rico y barato.
A la derecha Quique Santana y Martín López presentando los ricos pintxos que prepararon en la cocina del Zahartxu.

 

Sobre estas líneas vemos a Miguel Revuelta, el chef del restaurante Kano 31, en el mismo número de la calle Cano, quien nos sorprendió entre otras exquisiteces como la que presenta en el plato con un sashimi de atún sobre gelatina de soja y caviar de wasabi, de indescriptible textura y sabor.